Cuando las piezas encajan...
- Nancy Cristel Deutsch, Life & Spiritual Coach
- 17 feb 2022
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 29 may 2022
Esta es mi historia con el dinero. ¡Y esta es también la historia de la diferencia entre ser manejado por las circunstancias y asumir la responsabilidad de nuestras vidas, establecer una meta y no detenernos hasta lograrlo!

Y efectivamente las deudas no desaparecieron y nos acostumbramos a una vida gris. Pero a la vez, el deseo interior crecía, comencé a soñar con la abundancia, a pensar que yo también la merecía...
Esta es mi historia con el dinero.
Nací en un pequeño pueblo de América del Sur, lejos de la civilización. Sin electricidad, sin agua potable, en una casa de barro, sin baño, y con espacios comunes para toda la familia. Era lo que llamamos pobre, aunque la verdad no me sentía carente, pues no estaba expuesta a otros estímulos que despertaran mi deseo, y las necesidades básicas estaban cubiertas.
Crecí con la idea de que existía gente rica y gente pobre y así es como debería ser, algo así como un tipo de orden mundial.
Una única cosa podía salvarme de la pobreza y el aislamiento: el estudio. Y así, a los 9 años, cuando mi madre me informó que me trasladaría sola a la gran ciudad para estudiar y desarrollarme, y que viviría allí con extraños , no me opuse, e incluso me avergoncé luego, en las ocasiones en que percibí que extrañaba a mi familia.
"No todo es dinero. Cuento con otras habilidades: alto coeficiente intelectual, un buen carácter, una hermosa sonrisa y muchos amigos"
En la "gran" ciudad estaba expuesta a otro mundo, tuve tentaciones y quise cosas que no podía comprar, pero aún así acepté mi situación compensándola con otros atributos "No todo es dinero, cuento con otras habilidades: alto coeficiente intelectual, un buen carácter, hermosa sonrisa, ¡y muchos amigos!" - Todos como, por supuesto :)".
A lo largo de mi vida el foco siempre estuvo puesto en los estudios, en adquirir conocimientos, sin pensar mucho en el dinero. Manejé un presupuesto siempre ajustado, ahorré cada centavo y soñé con encontrar un "buen" trabajo.
Mientras tanto, crecí, construí una familia y la carencia se hizo más presente y real. No tenía todo lo que quería darles a mis hijas pequeñas, así que cuando el destino me propuso hacer aliyá, aproveché la oportunidad y emigré a Israel con la esperanza de mejorar nuestro nivel de vida.
"Hasta que en un día cualquiera, en la puerta de nuestra humilde casa, se presentaron 2 hombres vestidos con trajes formales y me pidieron que firmara unos documentos que me entregaron... ¡y se llevaron el televisor!"
Y aquí ¿qué pasó? ¡Todo!
Sin idioma en un país extranjero, el asunto de las finanzas dejé en manos de mi esposo. Parece lo más lógico, verdad? Él era autónomo y yo también trabajaba pero la mayor parte del tiempo estudiaba.
Hasta que un día cualquiera en la puerta de nuestra humilde casa se presentaron 2 hombres vestidos con trajes formales y me pidieron que firmara unos documentos que me entregaron... ¡y se llevaron el televisor!
Estas visitas se repitieron varias veces, y empezaron las corridas entre diferentes abogados, pagos repentinos y todo para recuperar las pertenencias que nos habían embargado previamente.
Ese fue mi primer encuentro con las deudas, así fue como tomé conciencia de mi falta de conocimiento financiero y experimenté la indiferencia del sistema y los problemas de la burocracia.
El primer discernimiento fue que estas deudas no desaparecerían por el resto de mi vida y que la única solución para sobrevivir era trabajar duro. Pasaron unos años, y efectivamente las deudas no desaparecieron, y nos acostumbramos a una vida gris... Viajes, reformas en la casa, y hasta renovar el placar eran conceptos extravagantes y poco realistas para mí.
Pero a la vez, mi deseo interior crecía, comencé a soñar con la abundancia, a pensar que yo también la merecía. ¿Por qué debería permanecer en la limitación?
Ya tenía un buen trabajo, me había desarrollado personal y profesionalmente, sentí que era hora de desmantelar el "orden" establecido. ¡Comencé a investigar y tratar de entender cómo una deuda de unos pocos miles de shekels (moneda israelí) se convirtía día a día en miles y miles en lugar de disminuír con los pagos!
Investigué, leí, pregunté, aprendí. Aprendí sobre deudas, tasas de interés, deudas incobrables y cobrables, la política de los bancos y las opciones desconocidas para el ciudadano común. Comprendí que no hay relación entre lo que le conviene a los bancos y lo que nos conviene a nosotros. Al principio recibí un choque, el panorama general me dejaba ver una única opción: mantener el status quo, seguir siendo pobre pero al menos tranquila, porque pagar la deuda era una misión imposible...
¿Entonces... qué hacer? ¡En vez de sucumbir a la situación, en realidad surgió en mí la rebelión!
Puse en práctica todo lo aprendido y salí llena de motivación a luchar contra el sistema con una intención clara: ¡cerrar las deudas pagando solamente el monto original!
¡Y me sorprendió descubrir que era posible!
-Fue un largo proceso por supuesto, pero estaba sumamente motivada. Me emocionaba llenar formularios y solicitudes, me encantaba apelar, disfruté experimentando nuevas habilidades, descubrí el arte de la negociación y al final... ¡lo logré!
Les contaré un secreto: cuando recibí el primer "Sí", para pagar solo el monto de la deuda inicial, aún no contaba con el dinero para hacerlo!
Pero, ¿quién piensa en ello cuando ya se ha logrado lo imposible?
Lo conseguí por supuesto, aunque todavía recurriendo a un préstamo: ¡un nuevo préstamo (esta vez, fruto de una decisión consciente) con una tasa de interés baja para pagar una deuda que si no se cancelaba en su totalidad seguiría acumulando intereses astronómicos!
Ese fue el comienzo del gran cambio!
Todavía nos llevó alrededor de 5 años pagar el resto de las deudas, pero para mí fueron años de revelaciones, de una intención definida, gran motivación y metas claras.
"Me prometí a mí misma, contribuir con la sociedad, despertar a las personas, enseñarles a cultivar la esperanza y descubrir los recursos que llevan dentro".
¡Tiempo de despertar, esperanza y logros!
Y también de promesa: me prometí contribuir a la sociedad, despertar a los demás, especialmente impulsar a las mujeres a involucrarse en el manejo de la economía familiar, enseñales a cultivar la esperanza, y descubrir los recursos que llevan dentro.
Me inscribí en Paámonim (Organización que había surgido - mientras yo aprendía sola - para ayudar justamente en el tema de cómo manejar nuestra economía de forma responsable ) como voluntaria, recibí capacitación y acompañé a familias a administrar su economía familiar.
Aprendí y enseñé. Viajé con la familia y me permití recibir cosas nuevas y gente increíble.
Refaccioné la casa!! - ¡No, no te imaginas la emoción! Porque para tí de repente es algo común, pero para mí fue una gran experiencia!.
Seguí creciendo y después de varios años de “vida normal y segura”, cuando decidí enfrentar otro gran desafío, no fue tan difícil soltar el trabajo seguro para dedicarme a entrenar, animar y acompañar a personas en sus propios procesos de cambio. Porque no existe placer más grande que dar, ayudar, brindar esperanza, contagiar a los demás de buenas energías!!
Y no es de extrañar que al final, todas las piezas enacajen, ¡y el puzzle adquiera significado!.
¡El tema dinero es relevante para tí, para mí, para todos! Sin embargo sigue siendo asunto delicado y complicado, que nos resulta difícil encarar.
Cierto, el dinero es un asunto muy relevante para ti, para mí, para todos. Sin embargo, sigue siendo un asunto delicado, complicado que nos resulta difícil encarar.
Por ello, estoy aquí para ofrecerte lo que tengo :
El conocimiento y la experiencia para entrenarte,
La capacidad de apoyarte para que puedas ver las situaciones que te cuesta percibir
La motivación para ayudarte y empatía para contenerte
Deseo hacer de espejo para tí y contribuir a tu crecimiento.
El Coaching de Vida es u proceso que abarca todos los aspectos de la vida. El coaching financiero es una parte primordial de este proceso.
Esta es mi historia, y aún no ha terminado, me encantaría seguir fojándolo contigo.
Porque también tú tienes garantizada una historia de éxito, solo debes permitirte que suceda.
Nancy Cristel,
Shikuf Ha Mahut/FiNancy
Tu entrenadora para la Vida
Comments